El cíngulo es un complemento necesario para ciertos vestidos amplios como la túnica o el alba, para ceñirlos mejor a la cintura y facilitar el movimiento. Viene del latín “cingulum” que proviene de “cingere”, que significa “ceñir”. Pero, ¿quién puede y/o debe usarlo? Veremos a continuación.
El numeral 336 de la Instrucción General del Misal Romano (IGMR) expone que “la vestidura sagrada para todos los ministros ordenados e instituidos, de cualquier grado, es el alba, que debe ser atada a la cintura con el cíngulo, a no ser que esté hecha de tal manera que se adapte al cuerpo aun sin él”.
Por lo tanto, descubrimos que quién debe y puede usar el cíngulo son los “ministros ordenados (Obispos, presbíteros, diáconos) e instituidos” (acólito, pues “es propio de él cuidar el servicio del altar” [1].
Bibliografía:
[1] Papa Pablo VI, carta apostólica en forma de motu proprio “Ministeria Quaedam”, 15 /08/ 1972