¿Quien es una persona justa?

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Hace unos días, vino a mi oficina un joven con una pregunta que me llamó muchísimo la atención. El joven tendría alrededor de unos 30 años, y su pregunta fue a quemarropa: “Padre, ¿qué es la justicia? ¿Existen personas justas?”. Admito que era la primera vez que me hacían esa pregunta, al menos formulada de esa manera. Y de lo que hablamos, hoy les escribo.

Siempre me gusta comenzar definiendo los términos, así como delimitando el campo de acción. Y qué mejor que empezando por definir la palabra justicia.
Justicia viene de ius (derecho, justicia), y de ahí también la palabra justo.

Y una definición simplificada de justicia sería “dar a cada uno lo suyo”, es decir, al que ha obrado bien, se le reconoce; al que se ha obrado mal, se le castiga. Eso es justicia, entendida en términos muy humanos: dar a cada uno lo que le corresponde, lo suyo. Y de ahí podemos también deducir quién es una persona justa.

La persona justa, entonces, es aquella que da a cada uno lo suyo, lo que le corresponde. Y esto lo podemos aplicar a todos los ámbitos, de los cuales me gustaría resaltar cuatro detalles: el justo le da a Dios lo que le corresponde, a los demás lo que les corresponde, a la naturaleza lo que le corresponde y a sí mismo, igual. Todo en su justa medida.

A Dios, lo que le corresponde: culto debido, tiempo debido, agradecimiento debido, etc. A los demás: reconocer sus dones, sus virtudes, alabar cuando hay que hacerlo, corregir cuando deba hacerlo, etc. A la naturaleza: cuidado, atención. Y a sí mismo: cuidarse, disciplina, atención debida y equilibrada.

Y creo que la mejor manera de concluir la respuesta a esta inquietud son las palabras del Salmo 24 – que de hecho en algunas Biblias tiene el subtítulo ¿Quién es el justo ante Dios –, que exclama:

3 ¿Quién subirá al monte de Yahvé?, ¿quién podrá estar en su santo recinto? 4 El de manos limpias y puro corazón, el que no suspira por los ídolos ni jura con engaño. 5 Ése logrará la bendición de Yahvé, el perdón de Dios, su Salvador.
El justo, por dar a cada uno lo que le corresponde, recibirá la bendición de Dios.

- Padre Sam

1 Comment

  1. Me llama mucho la atención que en otros tiempos -ya estoy viejo- era deseado y deseable ser reconocido, en lo personal y en lo profesional, como “un hombre justo”. Un caballero, un hidalgo, un señor en toda la extensión de la palabra. Hoy la gente busca ser popular, exitoso, próspero o bello. Ya nadie busca ser considerado un hombre justo. Me entristece, pero -y hablo a título personal- yo no sé si cuando muera se me recordará, o de qué manera. Pero en vida, siempre he buscado esto. Bendiciones Padre, gracias por estar aquí.

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