Ocho situaciones de la vida cotidiana en donde la Virgen María puede ayudarte, si le permites.

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San Luis María de Montfort es un santo francés, nacido en 1673 en Montfort, Francia. Fundador de los Padres Monfortianos, conocidos como “Compañía de María”, y las Hermanas de la Sabiduría. Este santo es conocido con diversos títulos como “Padre del gran rosario” y “Apóstol y gran predicador de la Cruz y del Rosario”. Este santo es famoso por escribir diversos libros que son de gran ayuda para nuestra Iglesia. Entre ellos escribió el libro “El secreto admirable del santísimo rosario para convertirse y salvarse”. Es un libro altamente recomendado y en las primeras páginas de este expresa que, para el Santo, “el Rosario fue un elemento fundamental para su santificación personal y su apostolado misionero”.

En este libro, el santo expresa 8 situaciones donde María puede ser la clave para volver a Dios y tener una vida cristiana según la voluntad divina. Son realidades que seguramente te sentirás identificado, por ello te invito a leerlas y ver en María una Madre que quiere interceder por ti y llevarte a Jesús:

  1. “¿Te debates en la miseria del pecado?” – En la vida, nos vemos aturdidos por las insidias del enemigo, sentimos que no somos capaces de dejar ese pecado recurrente, ese pecado que sabemos que debemos renunciar radicalmente, pero nuestras fuerzas no son suficientes y nos sentimos sin esperanza. Tranquilo, ante esta situación, san Luis María de Montfort nos lleva a María, proponiéndonos como consejo lo siguiente: “Invoca a la excelsa María y dile: ¡Ave! Que quiere decir: “¡Te saludo con profundo respeto a ti que eres sin pecado, ni desgracia!” Ella te librará de la desgracia de tus pecados”.
  2. ¿Te envuelven las tinieblas de la ignorancia o del error? – Ante muchas situaciones cotidianas no logramos ver el alcance global de nuestra realidad, no somos perfectos, por ende, corremos el peligro de caer en la ignorancia o en el error – incluso errores en nuestra fe – pero para eso, San Luis María nos recomienda: “Recurre a María y dile: ¡Ave María! Es decir, iluminada con los rayos del sol de justicia. Ella te comunicará sus luces”.
  3. ¿Caminas extraviado, fuera de la senda del cielo? – Cuando vemos que nuestro camino se aleja cada vez más de la voluntad de Dios, solo hay una salida: CONVIÉRTETE Y VUELVE A DIOS. Para este regreso que, puede ser duro y difícil, no estamos solos, ¡contamos con María! Es por ello que San Luis María nos exhorta: “Invoca a María, que quiere decir Estrella del mar y Estrella polar, que guía nuestro peregrinar por este mundo. Ella te conducirá al puerto de salvación”.
  4. ¿Estás afligido? – ¿Cuántas veces sientes que te ahogas por la aflicción al ver tu situación concreta? Esa dificultad económica, familiar, espiritual que sientes que no encuentras salida. Hay luchas que solo las entiende Dios y ¡qué bueno que así sea! Es una oportunidad para crecer en intimidad con Él. Además, Él nos ha dado a nuestra madre para acudir a ella en momentos de aflicción. San Luis María nos muestra que María nos entiende a la perfección y nos aconseja: “Acude a María, que quiere decir mar amargo, pues fue llena de amarguras en este mundo y actualmente en el cielo se ha convertido en mar de purísimas dulzuras. Ella convertirá tu tristeza en gozo y tus aflicciones en consuelo”.
  5. ¿Has perdido la gracia? – El catecismo de la Iglesia Católica (CIC) nos enseña que “la gracia es una participación en la vida de Dios”. Esta gracia la recibiste el día de tu bautismo. En efecto, “la gracia es, ante todo y principalmente, el don del Espíritu que nos justifica y nos santifica”. Vivir una vida de gracia depende de nuestra respuesta libre y sincera al Amor del Señor que nos quiere santos, porque esa es nuestra llamada. Pero, por las consecuencias del pecado, nos alejamos de Dios perdiendo la gracia. Para combatir el pecado, lo importante es acudir al Sacramento de la Confesión y pedir la intercesión de la Virgen María, como lo recomienda San Luis María: “Honra la abundancia de gracias de que Dios llenó a la Santísima Virgen y dile llena de gracia y de todos los dones del Espíritu Santo. Ella te dará sus gracias”.
  6. ¿Te sientes solo y abandonado de Dios? San Luis María, en verdad, conocía la naturaleza humana, al hacer esta pregunta: ¿quién no ha experimentado el silencio del Señor? Da la impresión que nos ha dejado a nuestra propia suerte; pero ante ese silencio, hay que confiar porque Dios nos ama. María nos puede ayudar a creerlo y es excelente pedir su intercesión. San Luis María te propone la siguiente oración ante esta lucha: “Dirígete a María y dile: “El Señor es contigo” más noble y está más íntimamente que en los justos y los santos, porque eres con Él una misma cosa, pues siendo El tu Hijo, su carne es carne tuya. Y dado que eres su Madre, estás con el Señor en semejanza perfecta y mutua caridad. Dile finalmente: Toda la Santísima Trinidad está contigo, pues eres su precioso templo. Ella te colocará bajo la protección y salvaguardia del Señor”.
  7. ¿Te has convertido en objeto de la maldición divina? – Seguramente has leído en la Biblia que muchos personajes y mensajeros del Señor vivieron muchas persecuciones por parte del enemigo, el mismo Cristo fue tentado y asediado; pero ante esto, no hay que perder la calma. Tenemos una madre que no nos desampara. Junto con San Luis María dirígete a nuestra Madre Santísima diciéndole esta hermosa oración hecha por el santo Luis María: “bendita tu entre todas las mujeres. Te aclaman todas las naciones por tu pureza y fecundidad, tú cambiaste las maldiciones divinas en bendición. Ella te bendecirá”.
  8. ¿Estás hambriento del pan de la gracia y del pan de la vida? – Si te has dado cuenta que necesitas convertirte, quieres volver a Dios, quieres vivir una vida en gracia, alejada del pecado, progresando siempre en santidad, la Eucaristía es el sacramento de nuestra fe. María puede ayudarnos a vivir con mayor amor. Dale gracias a María por haber dicho sí al plan de nuestra salvación, al aceptar a Jesús en su vientre y pídele su intercesión para saciar tu hambre del verdadero alimento y sigue este consejo de San Luis María: “Acércate a quien llevó el pan vivo descendido del cielo. Dile: “bendito es el fruto de tu vientre, el que concebiste sin detrimento de tu virginidad, que llevaste sin trabajo y diste a luz sin dolor. Bendito Jesús, que rescató al mundo esclavizado, curó al mundo enfermo, resucitó al hombre muerto, hizo volver al hombre desterrado, justificó al hombre criminal y salvó al hombre condenado. Ciertamente tu alma será saciada del pan de la gracia en esta vida y de la vida eterna en la otra. Amén”.

Ante cada realidad cotidiana que te cueste, no dudes en buscar a María, ¡ella te espera! Ánimo.

Escrito por: Karla Estrada.

 

Bibliografía:

  • El secreto admirable del santísimo rosario para convertirse y salvarse”. VIGÉSIMA ROSA. El Avemaría: Breve explicación.” San Luis María de Montfort.
  • Catecismo de la Iglesia Católica, num 1997; 2003; 2013).

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