5 tipos de agrupaciones musicales dentro de la Iglesia católica | Padre Sam

La música en la Iglesia tiene una importancia esencial, especialmente en la liturgia, pero también en la evangelización y catequesis. Es de dar gracias a Dios por todas las instituciones, escuelas, carismas, movimientos, que han suscitado cantores y músicos en la Iglesia, pero es importante también distinguirlas para que cada una de las agrupaciones cumpla con su misión.

El capítulo VI (sobre la música sacra, de La Sacrosantum Concilium) en el numero 114, nos dice: “foméntense diligentemente las “Scholae cantorum” (escuelas de cantores, literalmente), sobre todo en las iglesias catedrales. Los Obispos y demás pastores de almas procuren cuidadosamente que en cualquier acción sagrada con canto, toda la comunidad de los fieles pueda aportar la participación activa que le corresponde, a tenor de los artículos”.

Entonces partiendo de las Scholae Cantorum, podemos distinguir:

1. Schola Cantorum: Es un coro conformado por especialistas en canto y música litúrgica, con un considerable tiempo de formación, cuyas piezas requieren un alto grado de dificultad y por lo mismo, resultan sumamente hermosas. Por lo general, estas siempre van guiadas por un director experto.
2. Coro litúrgico: son todos aquellos coros, en sus distintas categorías, niños, jóvenes, adultos, que frecuentan los ensayos y tienen una participación específica, en una o varias celebraciones, especialmente el domingo. Estos coros se caracterizan por el compromiso, la interpretación de cantos de mediana dificultad, una formación continua, la selección de un adecuado esquema de cantos litúrgicos (estos pueden tener pocos o muchos integrantes, pero son importantes porque, además de ser un ministerio litúrgico, suscita la fraternidad y el apoyo en sus integrantes).
3. Ministerio de música: se les ha llamado así a todas aquellas agrupaciones que surgen con el fin de alabar a Dios no solamente en la liturgia, sino también en otros ámbitos de la vida de la Iglesia, como lo son retiros, encuentros, actos de piedad, conciertos (aunque propiamente dicho a la función del cantor y del coro dentro de la liturgia se le llama “ministerio de la música y canto”). Cuando se está fuera de la liturgia, existe un poco más de libertad en el uso de los instrumentos y en los géneros musicales, pero sí es oportuno que la música no se confunda con la música secular, que siempre tenga un sentido católico, espiritual, y esto depende mucho de la intención y de la correcta interpretación, de modo que el que escuche y cante siempre sea consciente de que está orando y alabando a Dios, que para divertirse y relajarse hay otro tipo de música. Los que lo integran (el ministerio de música), están llamados a vivir el estilo de vida Católico, participando de los sacramentos e intensificando la búsqueda de la santidad, así su alabanza será mejor.
4. Músicos evangelizadores: estos tienen el compromiso de meditar y estudiar la Palabra, para que guarden la ortodoxia de la Iglesia tanto en las composiciones, en los cantos, como en las palabras que acompañan a los cantos, pues son una verdadera predicación.
5. Organistas o músicos solistas que cantan en las celebraciones litúrgicas: estos (organista cantor, guitarrista cantor) deben motivar el canto de los fieles. Su formación ha de ser constante, tanto musical, litúrgica como espiritual, ya que su participación es la más común en la Iglesia. Recordemos que “nuestro Dios merece una alabanza armoniosa” (Sal 146).

CONCLUSIÓN: a cada una de nuestras agrupaciones musicales corresponde una importante misión en la Iglesia, y buscar a través del canto y la música el amor y la unidad. No olvidando lo que dice el salmista: “para ti es mi música, Señor” (Sal 100).

Escrito por: Pater Fausto Osuna (maestro de músico)