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Cuando san Ignacio de Loyola cae en cama, a causa de una bala caída sobre su pierna, él, acostumbrado a leer libros de caballerías, empieza a leer vidas de santos y su lectura le apasiona tanto que llega a decir, si ellos pudieron, ¿por qué yo no?

Así como un buen médico, busca a los mejores autores para poder ofrecer mejores servicios, así la vida y los escritos de los santos, nos ayudan bastante en este llamado al cual estamos todos invitados, a la santidad, por eso podemos, pedimos y recomendamos leer una y otra vez:

  1. Las Confesiones de San Agustín, donde encontramos la narración de su vida, sin esconder nada, hecha a modo de diálogo profundo con Dios nuestro Señor. Ahí veremos los estados de vida por los que él paso, hasta su conversión, que son un hermoso testimonio de cómo un santo nos abre su corazón. Además, uno de los libros más leídos en el mundo.
  2. Las Moradas de Santa Teresa de Ávila, en las que narra cómo un alma puede acercarse a Dios de manera gradual y progresiva, pasando por grandes dificultades, incluso pecados y faltas, pero a través de una purificación que la lleva a ascender, al grado de llegar al fin a una perfecta unión con Dios, utilizando la imagen de un castillo.
  3. Los Cánticos o poemas de San Juan de la Cruz, inspirados en la lírica de la sagrada escritura, así como el libro del Cantar de los cantares. Recoge su experiencia con Dios, tan fuerte como el amor humano. Ahí expone cómo el amor de Dios nos sobrepasa. Nos habla de la noche oscura, cómo Dios nos busca, y cómo nosotros buscamos a Dios y al fin nos encontramos con Él. San Juan de la Cruz es un tesoro de la literatura española, tan valioso que san Juan Pablo II se dio a la tarea de aprender bien el español, con tal de acercarse a este gran místico.
  4. El Tratado de la Verdadera Devoción a María de san Luis Griñon de Monfort, en el cual explica especialmente a aquellos expertos en teología -sin descuidar a la gente sencilla- la importancia y las maneras en las que podemos consagrarnos a María. De su asidua lectura toma el lema del pontificado san Juan Pablo II: “Totus tuus”.
  5. La Vida de San Juan Bosco, escrita por él mismo, es decir, su autobiografía. Es un santo apasionado de la juventud, un verdadero amigo y acompañante. Nos comparte su vida, su familia, su vocación, su sacerdocio, y su gran carisma y métodos que utilizó para acercar a tantos a Dios, especialmente a los jóvenes.
  6. El Diario de Santa Faustina, donde ella plasma, obedeciendo a Cristo, sus diálogos, su vida, sus dificultades, su experiencia con Nuestro Señor, en su Divina Misericordia.
  7. Las Glorias de María de San Alfonso María de Ligorio, en donde hace un desarrollo de cada una de las partes de La Salve, narrando testimonios, frases y oraciones de un valor altísimo.
  8. Los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, en el que nos lleva paso a paso en un proceso espiritual que ha dado muchos frutos en la Iglesia y que vale la pena llevar, de ser posible, acompañados de un director espiritual. De no ser posible vivir los ejercicios tal y cual (una semana, un mes), es posible leerlos con gran provecho.
  9. La Imitación de Cristo de Tomás de Kempis que ha ayudado a muchos a ser santos. Es el libro que más ediciones ha tenido (3,100), después de la Biblia. Este precioso librito es llamado “el consentido de los libros” porque se ha sacado en las ediciones de bolsillo más hermosas y lujosas y en los más diversos idiomas del mundo. Su primera edición salió en 1472, 20 años antes del descubrimiento de América (un año después de la muerte del autor), y durante más de 500 años ha tenido unas 6 ediciones cada año. Caso raro y excepcional.
  10. Introducción a la Vida devota de San Francisco de Sales, en el que nos comparte cartas, numerosos consejos a sus dirigidos espirituales, que él mismo ordena a modo de libro y nos lleva como Filotea (el o la, que ama a Dios).
  11. Los Escritos de san Francisco de Asís y santa Clara de Asís, entre cartas, frases, reglas, entre otros, que nos ayudan a vivir en santidad.
  12. La Regla de San Benito, que fue escrita para sus monjes pero nos ayuda bastante en la vida espiritual y en la vida comunitaria.

Seguramente hay más, pero queden estos 12 libros como ejemplos de cuánta riqueza espiritual tenemos en estos autores, y que son un gran alimento para nuestra vida cristiana. Además, a través de su lectura, podemos acercarnos así a nuestros amigos del cielo, mediante su obra aquí en la tierra. Y no olvides que “el que anda entre los santos, a ser santo aprende”.

Escrito por: Pater Fausto Osuna

4 Comments

  1. Karla dice:

    Y El Catecismo de la Igleia Católica ?? Helloooooo?

  2. Sheyla dice:

    Yo consideraría además Historia de un Alma de Santa Teresita.

  3. Victoria Kopp Penagos dice:

    yo le leí la vía de la belleza temas espirituales de Santa Clara de Asís. Excelente libro lleno de sabiduría y ejemplo de entrega total para seguir fielmente a Jesús.

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