Santa Margarita de Alacoque es una santa francesa, cuya fiesta se celebra el día de hoy (17 de octubre). Nació en Francia el 25 de julio de 1647 y murió el 17 de octubre de 1690. Santa Margarita es la “responsable” que hoy conozcamos al Sagrado Corazón de Jesús. Es, a través de ella, que Jesús mostró su Sagrado Corazón, deseoso de amar y ser amado. Fue a ella a quién Jesús le pidió que se celebrase una fiesta en honor a su Corazón Sagrado, otorgándole promesas para todos aquellos que decidan consagrar su vida a Él y a su Corazón.
Este día es una buena oportunidad para conocer un poco más de ella y aprender con su intercesión a ser más santos y amantes del Sagrado Corazón de Jesús. Es por ello que te traigo 8 rasgos o características de Santa Margarita que puedes hacer tuyos para fomentar tu Amor a Jesús y a su Corazón Divino.
En nuestra actualidad, optar por la castidad es una decisión valiente y hasta “escandalizadora”. Nuestra sociedad constantemente nos bombardea con mensajes desvirtuando la sexualidad. Se muestra que tener relaciones sexuales fuera del marco señalado y permitido por la Iglesia es normal… Sin embargo, no es así. Viendo el ejemplo de Santa Margarita podemos aprender que la castidad es una virtud a la cual debemos aspirar. Santa Margarita hizo una promesa al Señor a la edad de 4 años. “Oh Dios Mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad.” Pidamos la intercesión de Santa Margarita para que Dios nos conceda la virtud de la pureza y vivamos alegremente la virtud de la castidad.
Santa Margarita se consideraba hija de María. Tal era su confianza que, en una ocasión, ella se encontraba enferma y pidió ayuda a Nuestra Madre y esta le curó. Ella luego expresaba: “Recibí la salud, y una nueva protección de esta Señora la cual se declaró dueña de mi Corazón, que, mirándome como suya, me gobernaba como consagrada a Ella, me reprendía mis faltas y me enseñaba a hacer la voluntad de Dios”. Qué dichosos somos nosotros que Jesús nos ha entregado a María para que seamos sus hijos y aprendamos de Ella a vivir el Fiat: “Hágase en mí, según tu palabra”. Aprendamos de Santa Margarita a amar profundamente a María para que ella nos lleve a Jesús.
Una de las virtudes de Santa Margarita era el amor por el Santísimo Sacramento. En una etapa de su vida, se le dificultó asistir a la Iglesia y visitarle. Ese dolor que ella experimentó nos puede interpelar y preguntarnos: ¿Visito con frecuencia al Santísimo Sacramento? Por otro lado, este mismo amor al Santísimo Sacramento fue el que permitió el encuentro de Santa Margarita con Jesucristo. Fue ante el Santísimo Sacramento que Santa Margarita tuvo la primera revelación de Jesús y su Sagrado Corazón. Te imaginas, Jesús quiere revelarte todos Sus secretos de Amor, solo basta que tú le ames. ¡Búscale y visítale!
En un momento de la vida de Santa Margarita, ella intentó alejarse de Dios, dejándose ganar por vanidades y deseos banales. Sin embargo, Jesús le mostró cuál era Su voluntad para ella, siendo ésta, la vida religiosa. Santa Margarita no pudo resistir y vivió lo que el profeta Jeremías dijo: “Tú me has seducido, Señor, y yo me he dejado seducir; has sido más fuerte que yo, me has podido. ” - Jeremías 20, 7. Ella entró al Convento de la Visitación de Paray-le-Monial el 20 de junio de 1671.
En nuestra vida cotidiana podemos caer en la tentación de querer llevar nuestra vida según nuestros parámetros y alejarnos de Dios. No dejemos que el mundo nos aparte del camino de Dios, seamos dóciles, como Santa Margarita y vivamos con fe lo que San Pablo nos ha dicho: “Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto”. - Carta a los Romanos, 12, 2.
Jesús le reveló a Santa Margarita las 3 armas para la lucha espiritual, las cuales podemos hacerlas nuestras hoy.
Pidamos a Santa Margarita que nos ayude a tener una conciencia dócil a los designios del Señor para que podamos rechazar toda tentación y fuente de pecado. Que podamos ser obedientes a Dios en todo momento, aun cuando eso signifique persecución y que, finalmente, no olvidemos el precio de nuestra salvación. Jesús tuvo una muerte de cruz por amor a nosotros.
En la vida de Santa Margarita existió un sacerdote que la acompañó en los momentos cruciales. Todos los acontecimientos de la vida de Santa Margarita eran motivo de división en su convento y este sacerdote jesuita llamado “Padre Claudio Colombière” fue quién ayudó a Santa Margarita a que la superiora de su convento le creyese. Además, es gracias a él que Santa Margarita decide poner por escrito todas sus vivencias. ¡Bendita obediencia! No dudemos en pedir a Dios que nos ponga un sacerdote en el camino para que nos ayude a discernir toda nuestra vida y podamos darle gloria a Él en cada momento.
Como mencioné en el punto anterior, la vida de Santa Margarita fue llena de detalles de Dios. Esto causó mucho sufrimiento en ella, a raíz de las incomprensiones, murmuraciones y juicios que las otras hermanas y su Superiora hacían sobre ella. Sin embargo, Santa Margarita siempre fue dócil, humilde, sencilla, siempre reinó en ella su deseo de padecer con Cristo, Acompañarle en sus dolores. A tal punto que un día después que ella recibió la comunión, se hizo presente ante los ojos de ella una gran cruz, cuya extremidad no podía ver; estaba la cruz toda cubierta de flores. Y el Señor le dijo: “He ahí el lecho de mis castas esposas, donde te haré gustar las delicias de mi amor; poco a poco irán cayendo esas flores, y solo te quedarán las espinas, ocultas ahora a causa de tu flaqueza, las cuales te harán sentir tan vivamente sus punzadas, que tendrás necesidad de toda la fuerza de mi amor para soportar el sufrimiento”.
Además, Jesús le dijo que “jueves a viernes haré que participes de aquella mortal tristeza que Yo quise sentir en el huerto de los olivos; tristeza que te reducirá a una especie de agonía más difícil de sufrir que la muerte”. Todos queremos participar de la resurrección de Cristo pero qué importante es aprender a acompañar a Jesús en su sufrimiento. Reflexionar sobre el gran sacrificio de Amor que Él hizo por nosotros. Pidámosle a Santa Margarita que nos ayude a ser fuertes en las pruebas de cada día para que acompañemos a Jesús hasta en los peores momentos.
De Santa Margarita podemos aprender que un corazón enamorado es capaz de seguir a su Amado hasta el fin de sus días. Santa Margarita batalló hasta el final, perseverando en su Amor a Jesús.
Ella buscó consolar el Corazón de Jesús quién le dijo: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes y desprecios.” Jesús le pidió a Santa Margarita: “AL MENOS TÚ, ¡ÁMAME!”
Nosotros podemos entregarnos a Jesús todos los días, entregarle cada momento y cada dificultad para que su Sagrado Corazón reine en nosotros. Busquemos que nuestra vida sea un consuelo y alegría para Él. Busquemos amarle con todo nuestro corazón, solo así podremos ser verdaderamente felices.
No tengamos miedo de caminar hacia la santidad. No tengamos miedo de amar radicalmente a Jesús, así como Santa Margarita. Hagamos nuestras las palabras que Jesús le dijo a Santa Margarita: “Yo seré tu fortaleza, nada temas, solo has de estar atenta a mi voz y a lo que exija de ti con el fin de prepararte para la realización de mis designios”.
Escrito por: Karla Estrada Navarro