¿ Estás desilusionado/a ? | Domingo 30 abril, reflexión evangelio (Escrito)

¿ Estás desilusionado/a ? | Domingo 30 abril, reflexión evangelio
30 abril, 2017
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1 mayo, 2017

Domingo III de Pascua, ciclo A. Lc (24,13-35)

Todos, tarde o temprano tenemos que enfrentarnos a una desilusión, la desilusión como la misma palabra lo dice: es perder una ilusión, es perder una esperanza, es sentir el fracaso de algo.

El evangelio de este día Lc 24, 13-35, nos muestra dos personas desilusionadas, dos discípulos que ya no tenían ilusión, los discípulos de Emaús, van bajando de Jerusalén hacia Emaús, van alejándose de Jerusalén; es curioso que Jerusalén es la ciudad Santa, y se van alejando, es decir, se van alejando del lugar santo; entre más se alejan entre más se alejan los lugares son menos santos, podríamos suponer. Ahí empiezan a experimentar la desilusión.

Entre más te alejes de los lugares santos, entre más te alejes de la presencia de Dios, ten por seguro que te vas a encontrar con la desilusión.

¿En quién ponemos nuestra confianza? Es la pregunta que nos podemos hacer, si esperas demasiado de los demás, si esperas demasiado de las personas, ten por seguro que tarde o temprano saldrás desilusionado.

Las personas fallan, los amigos a veces nos traicionan, los familiares a veces nos dejan a un lado; si esperas demasiado de las personas ¡mucho cuidado! Porque puedes salir desilusionado.

Pues estos discípulos estaban desilusionados, pues esperaban mucho, pero no se cumplió. Muchos quizás esperan un matrimonio color de rosa, muchos esperan que cuando inician el camino de Dios va a ser todo fácil y se desilusionan cuando se enfrentan con las dificultades.

Pero aquí hay una gran enseñanza en los discípulos de Emaús, si pones tu confianza en Jesús, nunca serás defraudado. Aunque parezca ausente Jesús, no lo está; aunque no lo sientas, siempre está presente; aunque no lo veas, el jamás te desilusiona; y ese es el mensaje de los discípulos de Emaús, ellos se sentían desilusionados, pero en realidad no habían sido desilusionados, porque Jesús había cumplido sus promesas, porque Jesús había resucitado, que ellos no lo vieran o no lo descubrieran, es muy distinto.

Si pones tu confianza en el Señor, aunque a veces pases desilusión, tristezas, abandono, ten por seguro que Dios nunca te va a abandonar, Dios nunca te va a desilusionar; por eso aquél salmo lo dice muy bien “Bendito el hombre que pone su confianza en el Señor” ¿en quién pones tu confianza? Ponla en el Señor, porque Él nunca te desilusionará.

 

Dile cuando sientas precisamente esa desilusión esa tristeza, ese dolor, dile como le decían los discípulos de Emaús: “Quédate conmigo Señor, que ya se hace tarde ”
Que el Señor te Bendiga.

Padre Sam

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