Todos sabemos, que el mundo está viviendo momentos difíciles. El mundo está en crisis, la familia está en crisis, el matrimonio está en crisis, el ser humano está en crisis. La violencia predomina en todas partes de maneras diferentes. No es culpa de Dios, es la falta de Dios. Le hemos quitado toda potestad y control de nuestras vidas y entornos por diferentes motivos y no lo dejamos reinar. Hoy nos preguntamos: ¿es verdaderamente Cristo el Rey de mi vida?
Cristo es Rey, con o sin nosotros, Cristo Reina. El reino de Cristo es: Verdad, Justicia, Paz, Alegría en el Espíritu Santo (Rom. 14, 17). Cristo no nos necesita a nosotros para reinar, pues su reino no tendrá fin, nosotros somos los que necesitamos que Él venga a reinar para gozar de todas sus promesas. Él tiene todo lo que nos hace falta, Él llena los corazones de la verdadera paz. Lo que ofrece, lo cumple pues su reino es Verdad.
Nuestra vida puede ser reinada o gobernada por 3 tipos de reyes:
- Cristo: el mejor y verdadero rey, el que da vida y vida en abundancia. Este reinado es de plenitud y libertad. Todo reino que no es de Cristo es esclavitud.
- El ser humano (yo): este reinado con leyes humanas, que se aferra a la voluntad propia sin ceder el control. Puede ser que me gobierne a mi mismo sin permitir que alguien o Dios mismo intervenga en mi vida y decisiones. Es un gobierno de soberbia en la que competimos por la soberanía con Dios. Puede ser también una persona que nos manipula, nos controla, decide por nosotros; cuando nos volvemos títeres de la voluntad de alguien más y no somos verdaderamente libres para complacer a alguien más.
- El demonio: este busca todas las maneras para desterrar a Cristo de nuestros corazones, cuando nos alejamos de Dios y su voluntad, es el demonio el que está reinando. Muchas veces nos inclinamos ante él, pues nos ofrece soluciones inmediatas pero falsas. El reinado del demonio se llama infierno, y eso es lo que vivimos cuando el demonio se instala por medio del pecado y gobierna nuestra vida y decisiones.
Nuestra vida, familia, comunidad, sociedad y el mundo necesita que Cristo Reine. En el Padre nuestro nosotros decimos: ¡Venga a nosotros tu reino!, pero no le dejamos reinar, es tiempo que Jesús tome toda potestad y Señorío de toda la creación. Su reino está entre nosotros (Fil 5,9-11) pero no lo vivimos ni lo aceptamos, pues no nos sometemos a Él ni le permitimos ser el centro de todo en todo.
Para dejarlo reinar, podemos seguir estos cinco pasos:
- Tomar la decisión de elegir a Cristo. Decidirse por él comienza por quererlo, por acercarse a Él, por permitirle entrar a nuestro corazón.
- Renunciar a otros reyes (humanos o satanás, Lc 11,23). ¿Qué le roba el reinado a Jesús en tu vida? El pecado, la soberbia, etc. A Satanás hay que renunciar cada vez que le abrimos la puerta. Debemos tener mucho cuidado porque una vez que entra no quiere salir.
- Cederle el control a Cristo. Nosotros no tenemos el poder para cambiar cosas, personas, ni enfermedades: Solo Dios, por eso no debemos aferrarnos a voluntades distintas de la de Dios, sino entregarnos a la voluntad del Señor y darle el control completo a Cristo.
- Conocer y Cumplir la Voluntad de Dios. Solo lo que se conoce se ama. Por eso es importante conocer Su Voluntad, a través de la oración y de la Palabra de Dios.
- Honrar a la Reina. No podemos honrar a Cristo como Rey, y despreciar u olvidar a la Reina. Recemos el santo Rosario (Ap 12,1), que es una manera privilegiada de honrarla. Ella nos ayudará a vivir como súbditos de Cristo, pues ella es la Esclava del Señor. Rezando el Rosario lo conseguiremos.
Permitamos a Jesucristo reinar en nuestra vida, que Él sea el número uno. Consagrémonos a su señorío cada día y a Él darle toda Gloria, Honor y Alabanza.
Escrito por: Lisseth Cruz Bonilla
Relacionado